
Chile en los tiempos
de Unidad Popular
por Omar Sierra (Editor de no ficción)
El tema de Chile ha estado constantemente en el centro de atención, desde que estallaron las protestas sociales en octubre de 2019; dichas protestas dieron origen a un movimiento que, a pesar de la violenta represión gubernamental, ha logrado la realización de un plebiscito que abre la posibilidad a importantes cambios en el entramado jurídico-económico, heredado de la dictadura de Pinochet. Dicha dictadura, implantada por la fuerza de las armas, se impuso para destruir un proyecto político-social inédito en aquel entonces en las Américas; un proceso profundamente democrático y popular que fue conocido como la “Vía Chilena al Socialismo”. El pasado 4 de septiembre 2020, se cumplieron 50 años del comienzo de ese proyecto, que arrancó con la victoria de la Unidad Popular en las elecciones presidenciales del 4 de septiembre de 1970, llevando al médico Salvador Allende a la presidencia del pais austral.
Este trabajo pretende abrir un espacio para, a través del testimonio de voces del exilio chileno en Bielefeld, ahondar en el contexto político-social del Chile de aquellos años de la Unidad Popular; pretende igualmente ser un aporte para conocer las circunstancias especiales que generaron ese experimento creador, los acontecimientos durante su ejercicio del poder político, y en consecuencia, entender también cómo y por qué la derecha chilena e internacional se propusieron destruir ese proceso de cambios, que irradiaba esperanza a otros pueblos hermanos.
En Bielefeld me llegó esta oportunidad, al conocer al Dr. Edgardo Salas Santana, medico chileno, escritor y caricaturista, que vive exiliado en Alemania desde 1974. Edgardo fue dirigente de la Juventud Comunista durante su vida universitaria en la ciudad de Concepción, y fue participante de todos esos acontecimientos en las décadas de los 60’s y 70’s. Durante su exilio, ha sido constante en sus denuncias de la dictadura chilena y solidario con la causa del Pueblo Mapuche. Las conversaciones con Edgardo abarcan varias sesiones y horas de grabación, que para propósitos de esta entrega, he editado en tres partes iniciales, enfocándome en el periodo previo a la victoria de Allende y durante su gobierno, hasta el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973. Sus vivencias personales, sus recuerdos compartidos en estas entrevistas, son entonces una fracción de las numerosas conversaciones que sostuvimos.

Cambiar Chile y el Mundo

Recordar al Chile en los tiempos de Allende evoca inevitablemente imágenes contradictorias; esperanza, utopía y heroísmo se mezclan con tragedia, violencia y sufrimiento. El bombardeo al Palacio de la Moneda, el último discurso de Allende, la brutalidad de la dictadura, forman parte del imaginario colectivo de la izquierda latinoamericana; pero a la par de esos trágicos acontecimientos, hay toda una historia del Chile de aquel entonces, de su pueblo y costumbres, del contexto político-social, que Edgardo ha preservado en su memoria con esmerado detalle. La conversación empieza conociendo un poco de su trayectoria en la izquierda chilena. Según sus propias palabras, a través de los años, a pesar de no haber sido militante de ningún partido ni organización política desde 1964, Edgardo ha sido etiquetado de comunista y mirista (militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria-MIR), entre otros, aunque él se define sencillamente como un “ciudadano chileno de izquierdas”.
Su militancia se origina en la -en aquel entonces clandestina- Juventud Comunista a fines de 1957 y principios de 1958. También participa en las campañas electorales promoviendo las candidaturas de Allende. Esta 1ra. parte incluye una descripción político-social del Chile de las décadas de los 60’s y 70’s antes del golpe de estado, sus clases sociales, los partidos políticos, sus ideologías y los intereses que representaban. Edgardo explica en detalle la correlación de fuerzas existentes que llevó al triunfo electoral de Allende, y el ambiente de efervescencia política que se vivió en esos tiempos: “fue el tiempo donde nosotros pensábamos que realmente podíamos cambiar Chile, y que, cambiando Chile, se nos abría la posibilidad (…) y ponernos en marcha hacia cambiar el mundo! Ha sido la vez, la época, en la que he visto con mayor claridad el internacionalismo como un modo, un mecanismo de cambio para la sociedad mundial (…) como una posibilidad concreta de cambio”.
El gobierno de Allende, su programa de gobierno y la desestabilización
Continúa la conversación, y en medio de té y recuerdos, Edgardo evoca el triunfo de la Unidad Popular que, contra los pronósticos conservadores, gana unas reñidas elecciones, y genera un cataclismo político en Chile. Con numerosos apuntes, gráficos y diagramas de su puño y letra, Edgardo va explicando paso por paso el intrincado sistema político chileno, y el reordenamiento en los partidos políticos, que ante la nueva realidad, se empujan algunos hacia la extrema derecha, desconociendo abiertamente la victoria electoral de Allende.

La conversación adquiere un tono sombrío, cuando los acontecimientos se tornan hacia las maniobras desestabilizadoras impulsadas por la derecha, con abierto apoyo estadounidense. Atentados terroristas y asesinatos selectivos serían algunos de los métodos de las organizaciones clandestinas de extrema derecha, como el asesinato del Comandante en Jefe del Ejército René Schneider. Edgardo puntualiza entonces los otros retos que afrontaba la nueva administración, entre ellos el permanente saboteo y obstrucción desde el parlamento, controlado por la derecha; mientras que en el otro extremo político, la izquierda radical extraparlamentaria acrecienta su accionar, con la ocupación de predios agrícolas y fábricas.
Edgardo entonces hilvana la secuencia de acontecimientos, cuando la Unidad Popular empieza la épica batalla de implementar su programa de gobierno; desde las 40 medidas iniciales, hasta la emblemática nacionalización del Cobre; que fue recuperado para el pueblo chileno de las manos de multinacionales norteamericanas. Se acrecienta el ajedrez político-económico, donde a cada medida redistributiva decretada por el gobierno, como el aumento de salarios, el sector privado responde encareciendo y acaparando los productos de consumo, favoreciendo el desabastecimiento y la inflación.
Edgardo desglosa detalladamente los pasos del sabotaje económico, como fue creciendo y abarcando diversos sectores productivos y bienes de consumo, propiciando la aparición del mercado negro; todo esto con el apoyo decidido de los principales emporios económicos y comunicacionales. En respuesta, comunidades de base organizadas conforman, junto al gobierno, las juntas de abastecimiento; y adquieren un rol protagónico en defensa de las conquistas sociales. Edgardo recuerda como diversos sectores profesionales y gremiales toman partido del lado de la derecha y se declaran en huelga, como el gremio médico y de transporte, dando lugar a una inusual alianza. El tema del gremio médico y su rol político, es particularmente sensible para Edgardo, por conocer los efectos en contra de los sectores populares que dependían del sistema de salud pública. Por otro lado, la jerarquía de la Iglesia Católica con algunas importantes excepciones, se posiciona más a la derecha, apoyando al sector más conservador de la Democracia Cristiana.
Prosigue la conversación y afloran las emociones. Una tras otra, se van acumulando las dificultades y los obstáculos, hasta el punto de que se siente una especie de asfixia, una especie de callejón sin salida contra el gobierno de Allende; acorralado por un enemigo multiforme, que tiene muchas caras visibles e invisibles y que parece estar a un paso adelante para impedir o sabotear cualquier iniciativa de diálogo o coexistencia. Llegamos hasta el punto de inflexión donde la derecha, envalentonada, se dispone a intentar un juicio político contra Allende. Solo falta la estocada necesaria para la matemática política, que haría posible la mayoría necesaria en el congreso: Una derrota aplastante de la Unidad Popular en las elecciones parlamentarias del 73. Sucede entonces lo impensable; el resultado de los comicios, contra todo pronóstico y en medio de la más salvaje arremetida económica y mediática, registra un aumento en el apoyo electoral a la Unidad Popular. Ante el evidente fracaso, en términos político-electorales, de la desestabilización; y la consecuente imposibilidad de un juicio político, la derecha deja atrás cualquier pretensión democrática y se torna abiertamente insurreccional. Los norteamericanos dan la luz verde al golpe de estado que, Edgardo aclara, fue eminentemente militar.
El golpe de estado

Me anticipo para la parte más difícil de la conversación, por las implicaciones que estos eventos tuvieron para millones de chilenos, entre la represión, las desapariciones y el exilio. Edgardo sin embargo, rememora los acontecimientos del día del golpe resaltando la valentía de Allende y su heroico Grupo de Amigos Personales del Presidente, cuerpo de seguridad compuesto de voluntarios, que combatieron hasta el último momento, manteniendo a raya a los golpistas a pesar de su inferioridad numérica y militar. Dicha resistencia culmina con el bombardeo de la fuerza aérea al Palacio de la Moneda, la muerte de Allende y el aplastamiento de cualquier foco de resistencia en los cordones industriales de Santiago. Edgardo reflexiona sobre las primeras medidas tomadas por la junta militar, y sus implicaciones;
especialmente el rol (o la falta de él) que tuvieron los partidos políticos que promovieron el golpe, en la etapa posterior de consolidación de la dictadura; principalmente la Democracia Cristiana cuyo líder, Eduardo Frei, vio frustradas sus ambiciones de poder. Edgardo concluye esta tercera parte rememorando el apoyo de sectores conservadores alemanes a Pinochet, la visita de Eduardo Frei a Alemania y la controversia por su cambio de posición política, de apoyar la dictadura a oponerse a ella. Paradójicamente, Frei moriría asesinado por la misma dictadura que ayudó a llegar al poder.
Con esto concluye esta entrega inicial, este aporte para conocer una etapa de la historia política reciente de Chile, desde la perspectiva profundamente humana de un protagonista de aquellos hechos. Hechos que indudablemente tienen una implicación en la génesis de la actual situación de conflictividad político-social en Chile. El caso de Edgardo ilustra que cualquier chileno pudo haber muerto, sufrido prisión política, tortura, y haber tenido que exilarse sin necesidad de haber pertenecido a algún partido. Las conversaciones con él continuaron, abarcando otras etapas y análisis, desde temas de la resistencia Mapuche, hasta la imposición del modelo neoliberal en Chile, que espero poder compartir con los lectores de Interespacios en futuras ediciones.

Nota: Agradecimientos especiales al Grupo de Solidaridad con Chile de Bielefeld, por hacer posible estas entrevistas, y a la Sra. Juanita, esposa de Edgardo, por todas sus cordiales atenciones.
Agradecimientos especiales a Gabriela A. Martinez por la edición de los videos y todos sus aportes creativos.
Imágenes: La arpillera del fondo es propiedad de Edgardo. La arpillera con los soldados es cortesía de Margaret Snook, del blog Cachando Chile. Las otras imágenes de los tiempos de Allende provienen de la web.